viernes, 24 de agosto de 2012

De la mano del Pensamiento Crítico...


De la mano del Pensamiento Crítico
(A manera de reflexión)
 
 
Al ser profesor de Pensamiento Crítico mi expectativa era comparar la estrategia de enseñanza de esta filosofía en esta Maestría con la que se aplica en los cursos de Humanidades. Aquí siento se partió del hecho que ya muchos conocían qué era el Pensamiento Crítico, sus habilidades cognitivas y afectivas, la argumentación y hasta en dónde nació…, aspectos que sí se toman en cuenta en el curso que imparto para que los estudiantes tengan un mayor conocimiento del concepto, del origen de la mayeútica, de la tradición socrática o de sus características para que puedan llevar esa información a la práctica, finalmente, para que puedan definir si ellos poseen pensamiento crítico o no, qué pueden mejorar, qué pueden explotar y, a la vez, puedan hacer una evaluación de lo que los rodea.

En nuestro caso, como docentes, antes de aplicar estrategias de pensamiento crítico, deberíamos tener bien claro qué es el pensamiento crítico, y si realmente nosotros poseemos ciertas habilidades que son propias de él como el análisis, la autorregulación, la empatía, la inferencia…, de lo contrario se volvería una enseñanza muy mecánica, no se trata de saber qué es el pensamiento crítico, se trata de vivirlo… De ahí el rol tan activo que el docente debe tener y el nivel de conciencia y responsabilidad para lograr formar alumnos y ciudadanos que desarrollen una manera de pensar con criterios propios, a partir de la investigación, de una reflexión constante, con el fin de que puedan ver y analizar la realidad desde diversas perspectivas y lecturas para replantearse los modelos establecidos, y muchas veces impuestos, mediante la propuesta de ideas y opciones nuevas.

Además, el lograr estudiantes críticos permite que no se llegue a niveles de impulsividad, los cuales promuevan el emitir opiniones sin fundamento, por el contrario, lo que se busca es que los alumnos se conviertan en estudiantes activos, que reconozcan y aprendan de sus yerros, escuchen y evalúen diversos puntos de vista, utilicen fuentes de información para realizar investigaciones objetivas, traten de buscar soluciones racionales a los problemas, mantengan la mente abierta a ideas nuevas y lleguen a desarrollar la autodisciplina.
 
 
El curso me parece le abrió los ojos a muchos de los compañeros para que comprendan lo valioso que puede resultar la aplicación del pensamiento crítico en las aulas, especialmente en un mundo en donde parte del sistema educativo parece extraviarse en el individualismo y la instrumentalización, por lo tanto el llamado que debe imperar es el de rescatar al humano que está detrás de cada alumno, para devolverle el control soberano sobre su existencia en el ámbito intelectual y espiritual.

En este sentido, tanto la implementación de la educación liberal, como las competencias del pensamiento crítico y los nuevos enfoques de enseñanza constructivistas, han ayudado a establecer los parámetros de una educación transformadora con una clara misión social y desde una evidente inspiración humanista; esto significa adoptar una perspectiva diferente con el fin de que los actores educativos pasen de ser simples receptores de un producto a miembros activos del proceso, es decir, formadores por derecho y productores de cultura. Por ello el pensamiento crítico y humanista se convierte en una manera muy adecuada para formar estudiantes con una visión de compromiso más equitativa con su sociedad, que vaya más allá de la especialización, pues está en una época de trasformaciones cuando se requiere alejarse del sistema tradicional memorístico, pasivo y autoritario de enseñanza para, fundamentalmente, preparar alumnos pensantes, creativos, participativos, sedientos de conocimiento, con criticidad, curiosidad intelectual, valores, artífices de reflexiones, toma de conciencia y proyección social…
 
Por lo cual, alumnos informados, con sentido crítico, con criterio propio y con un alto grado de racionalidad, serían capaces de dar mayores aportes positivos al país, de hacer mejores elecciones políticas, de desarrollar un mayor nivel de conciencia social y estarían menos expuestos a la manipulación, pues tendrían un mayor nivel de conciencia y de información para enfrentar situaciones tanto desde aspectos democráticos hasta económicos.

Como parte de este proceso crítico la realimentación y la evaluación por pares puede resultar una buena vía de aprendizaje y de mejora, siempre y cuando se haga a partir de una de las habilidades cognitivas del pensamiento crítico que es la objetividad intelectual, ¿se hará realmente sustentada en este parámetro?...

En cuanto a las estrategias siempre he considerado que los ensayos son un buen mecanismo para implementar la práctica de la argumentación y, por ende, la capacidad de aplicar la lógica, además de preocuparse por la correcta escritura y el fomento de la lectura. El pensamiento crítico se propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los razonamientos, particularmente opiniones o afirmaciones que la gente acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana. El pensamiento crítico se basa en valores intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por lo que requiere claridad, exactitud, precisión y evidencia. Tiene por tanto una vertiente analítica y otra evaluativa, y ellos son requisitos básicos de los ensayos argumentativos.
 
En el curso me sentí muy tranquilo e el aspecto de contenido pues ya bastantes conceptos los conocía, y lo del blog ya lo había puesto en práctica en otros cursos, tal vez un tanto estresado por la cantidad de comentarios que se debían hacer a todos los compañeros, lo cual considero merma la calidad de los aportes, me parece que es mejor menos pero que sea de mayor calidad. Precisamente el pensamiento crítico busca emitir juicios sustentados, profundos, no solamente opiniones que pueden caer en la superficialidad. Me hubiera encantado haber hecho un tipo de foro en donde se diera un debate de ideas, por grupos, en donde cada quien defendiera una postura, se formularan preguntas, evidencias, esto ayuda mucho a basarse en la lógica, pero, a la vez, fomenta la empatía y el respeto, de esta manera sería más vivenciales esas competencias que deseamos tengan nuestros estudiantes.

 Definitivamente el curso concientiza e informa, y cumple con las metas de comprensión, en especial en cuanto a la responsabilidad que, como formadores, tenemos con los estudiantes de formarlos para que enfrenten las demandas profesionales presentes y futuras. Definitivamente tal objetivo no debe postergarse, o no debe enfocarse de manera superficial, de ahí que se haga una tarea imperiosa garantizar la calidad de las universidades mediante una pronta, efectiva y eficaz relectura de la enseñanza y el aprendizaje educativo mediante el pensamiento crítico.
 
 

De hecho, la exagerada proliferación de centros educativos obliga a las universidades, tanto públicas como privadas, desde una óptica ética, moral y profesional, a contar con un currículo impregnado del sustento del pensamiento crítico que le permita al centro educativo, en especial al profesorado, ofrecerles a los estudiantes una enseñanza en la que los saberes guarden relación con el mundo real y los conocimientos y las herramientas tanto cognitivas como afectivas necesarias como la convivencia, el respeto o la autoestima para ejercer idóneamente sus profesiones, enfrentar las demandas que la sociedad les exigirá y llevar a cabo un proceso de conocimiento individual que los haga mejores profesionales y humanos. Se le agradece a la profesora que tenga este objetivo como uno de los prioritarios en el curso, y a las compañeras y los compañeros por asumir este compromiso. De mi parte ha sido una máxima en mi vida.

Saludos.

 

domingo, 29 de julio de 2012

Diarios de aprendizaje







Si se les dificulta ver el mapa entonces pueden guardar la imagen para para hacerla más grande desde la computadora.

Saludos.

lunes, 23 de julio de 2012

Trabajo en equipo...


          Definitivamente el trabajo en equipos es una de las formas más eficientes y productivas de desarrollar un trabajo, establecerlos adecuadamente, integrarlos con la gente idónea, fijarles un liderazgo efectivo y sustentar su labor, producen por lo general resultados excepcionales, sin embargo, esto no siempre es así, muchas veces se encuentra impregnado de la falta de tiempo de los integrantes o la falta de comunicación entre ellos, esto provoca que sea más difícil establecer un acuerdo en la designación de roles, en especial quien asume la responsabilidad de líder, en establecer objetivos y resultados, en este sentido clarificar los roles individuales es tan importante como poseer un objetivo común claro.

          Por lo general he trabajado de manera extraordinaria en equipo, muchas veces tomando el rol de líder, este cuatrimestre en dos cursos se han presentado situaciones como las señaladas anteriormente que no han permitido realizar un producto de la excelencia a la que estoy acostumbrado, más allá de esto logré tener una participación muy activa mediante el aporte de diversa información relacionada con el tema, tratando de brindar contribuciones oportunas, plasmando ideas claras, precisas y completas y brindando las contribuciones durante la actividad de manera que enriquece la progresión del producto final del wiki

          Por eso, aunque se presenten problemas de organización, esto, más allá de frustrarme, me facilita tener diferentes perspectivas ante este tipo de estrategia; es un incentivo para hacer que en otros proyectos grupales no se dé esta situación para lograr la negociación pertinente y  me permite, de alguna manera, ser un poco más tolerante y me permite lograr una mayor empatía con los estudiantes para tratar de comprender las múltiples situaciones positivas y negativas que viven cuando llevan a cabo este tipo de dinámicas.
           Les comparto la dirección del wiki en el cual participé:
              http://pensamientocritico3.wikispaces.com/




Saludos,
Carlos.








lunes, 2 de julio de 2012

Comentario




         Considero que  he cumplido con lo solicitado pues he colocado información pertinente, relacionada con las temáticas expuestas por la profesora, adjunto material adicional que genere la autorregulación en los compañeros y la propia, le doy seguimiento a los comentarios de los compañeros, aunque tal vez no con la regularidad que quisiera  y respondo a los comentarios hechos en mi blog.
       También los diversos aportes los hago de acuerdo con un criterio de ser sustentados, que generen reflexión y bien escritos, más allá de asuntos de forma. Además he refrescado algunos conceptos en materia de Pensamiento Crítico, en especial sobre el pensamiento creativo, además de estar más inmerso en la herramienta virtual del blog.

Saludos.

Pensamiento creativo en las aulas universitarias

Enlaces de interés:



v  De la Torres, S. (2009). La universidad que queremos. Estrategias
          creativas dentro del aula. Revista unam.mx. Recuperado de
          http://www.revista.unam.mx/vol.10/num12/art89/int89.htm

-Varios profesores de la Universidad de Barcelona, pertenecientes al grupo GIAD han venido elaborando y aplicando en sus clases diferentes estrategias de carácter innovador y creativo. Dichas estrategias buscan, entre otros aspectos, desarrollar capacidades y habilidades de ideación, interacción, elaboración, competencia comunicativa, argumentación para expresar y defender los propios puntos de vista, trabajo colaborativo, desempeño de roles. Se caracterizan por ser estrategias orientadas al desarrollo de actitudes, valores, sensibilidad emocional y de persistencia en la tarea iniciada.




v  Aula universitaria. (2011). Teoría de la creatividad. Blog. Recuperado de
             http://aulauniversitariafesa.blogspot.com/2011/08/teoria-de-la-
             creatividad.html

-Ana María Cárdenas brinda un power point bastante llamativo y sustentado acerca del concepto de la creatividad, teorías, etapas de la creatividad y recursos para trabajarla dentro del aula.

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v  Esquivias, T. (s.f.). Enseñanza creativa y transdisciplinar: para una
nueva universidad
. Recuperado de http://www.encuentros-multidisciplinares.org/Revistan%C2%BA31/M%C2%AA_Teresa_Esquivias_Serrano.pdf

-La realidad en un mundo globalizado está rebasando las aulas universitarias, las demandas en las empresas y en general en el sector productivo, van más allá de los repertorios de los profesionales que egresan de éstas casas de estudio; como si se buscara algo que no existe, que no se ha pensado, que no se ha formado aún. Una reflexión sobre la ‘nueva universidad’, en la que se pondere una ‘enseñanza creativa y una visión transdisciplinar’ para resolver en gran media las disonancias mencionadas, merece ser abordada.





v  Porto, M. (2012). Evaluación para la competencia creativa. Recuperado de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1668-81042008000200006

-En este artículo se parte de lo que supone en la actualidad la formación en competencias en el contexto universitario y, más concretamente, de la necesidad de formar para el desarrollo de la competencia creativa. Se defiende que esta situación no sólo implica una evaluación de estudiantes diferente, sino que el proceso se puede invertir: introduciendo algunos principios didácticos en el proceso evaluativo, se podría fomentar el desarrollo de la competencia creativa. Finalmente, se establecen algunos de los principios a seguir en una evaluación para la competencia creativa en la educación universitaria.





v  Giorgis, N. (2006). La creatividad en el aula. Recuperado de
              http://www.tec.url.edu.gt/boletin/URL_07_BAS02.pdf



-En la actualidad se ha tomado conciencia de la importancia del capital humano y su potencial en el desarrollo de cualquier entidad u organización. Los rasgos más importantes son la flexibilidad, la originalidad, el espíritu de innovación y la actitud de mejora continua. Entonces, es un imperativo que la educación se enfoque en hacer florecer estas potencialidades en los alumnos y la creatividad las involucra a todas ellas. Es fundamental que toda la comunidad educativa se transforme en seres creativos que trabajan en equipo para llevar a cabo cualquier tarea encomendada. La autora en este artículo hace un análisis en este sentido y concluye entre otras cosas que la creatividad no es heredada y que puede ser aprendida y enseñada.






-La creatividad siempre ha sido un tema delicado y difícil dentro de las instituciones universitarias. Se han creado asignaturas, materias y talleres de creatividad que no cuentan con un método de evaluación tradicional por no tener una forma real de medir la capacidad creativa del estudiante, y esto produce que no sea controlable por los docentes y que entonces se genere un vacío en la enseñanza. Aunque el texto se refiere a la enseñanza del diseño gráfico, es interesante cómo se aborda el tema de la creatividad y las diferentes opiniones que se dan al respecto en el foro.





v  Martínez, E y Sánchez, S. (2002). Propuestas críticas y creativas para
                vivir una sociedad mediática.
Recuperado de
               http://www.uhu.es/cine.educacion/creatividadpropuestas.htm

-La creatividad, tanto individual como social, es la pieza clave para resolver los problemas que se le plantean a la especie humana. Los nuevos caminos de la evolución deben ser resultado de la solidaridad y la interrelación. Los medios de comunicación, sustentados y promovidos por las nuevas tecnologías incrementan imparablemente la posibilidad de la interrelación humana mediante la conexión en redes –mentes conectadas- que será más positiva si se apoya en un sistema de valores desde el que las instituciones básicas de la sociedad promuevan la aceptación participativa y crítica de los medios de comunicación y de información. La creatividad, necesaria para buscar soluciones se hace más eficaz cuanto más solidaria, conectada y global sea. En las aulas se debe promover el uso de las nuevas tecnologías, clave del futuro social, con el fin de preparar a las generaciones venideras en el uso crítico de los medios como instrumento y camino de interrelación humana, búsqueda de información e instrumento de investigación y de aprendizaje.



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v  Yanes, J. (2011). Las TICs y la Sociedad del Conocimiento y la
              creatividad, el aula y los nuevos modelos pedagógicos en el
              proceso de enseñanza/aprendizaje.
Recuperado de
              http://www.pensarlopensado.com/2011/10/6-las-tics-y-la-
            sociedad-del.html

-El tema central de este proyecto está relacionado con la caracterización de la sociedad del conocimiento y la creatividad, las TICs, el cambio de eje en la educación desde la enseñanza al aprendizaje, los modelos pedagógicos, el currículo, las nuevas competencias del tutor y el aprendiz desde el punto de vista de sus formas de pensar en el enseñar y el aprender y las exigencias para la nueva aula como ambiente de aprendizaje.







v  Donolo, D. y Rinaudo, M.  (2008). Perspectivas y experiencias creativas para estudiantes universitarios. Recuperado de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1668-81042008000200007&script=sci_arttext



-La propuesta recoge cinco perspectivas sobre la creatividad en ambientes de educación superior realizadas en el marco de un proyecto de investigación en los últimos tres años. Un primer aspecto tiene que ver con la construcción del conocimiento y la creatividad; el segundo presenta el reclamo de liderazgo creativo. Luego los avances de la neuropsicología nos permiten unos párrafos sobre redes neuronales a favor de la creatividad. Cierran la presentación dos aportes, uno más académico: presencias y ausencias para la creatividad; y otro que muestra la configuración de ambientes creativos que invitan a la actuación de personas gustosas de ser creativas.





v  González, M. y Martínez, M. (2008).  El profesor creativo y el profesor que potencia la creatividad en el contexto universitario. Recuperado de http://dspace.usc.es/bitstream/10347/4444/1/13.Gonzalez.pdf

-Dentro del proceso de adaptación de los nuevos planes de estudio a los créditos E.C.T.S., se está exigiendo un tipo de docente que pueda dar respuesta a las expectativas de este urgido cambio europeo, entre ellas, planificar, orientar, tutorizar y formar a los estudiantes en conocimientos, estrategias, habilidades y destrezas. En este trabajo pretendemos, de un lado, dar a conocer la importancia de la creatividad como competencia en el contexto universitario y, de otro, reflejar la necesidad de potenciar esta capacidad en la figura del profesor universitario haciendo hincapié en las estrategias que debe de poner en marcha para potenciar la creatividad en el alumnado universitario.

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Saludos.

lunes, 25 de junio de 2012

La educación vista por Mafalda...

Pensamiento creativo


 
       
      De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia, “creatividad” significa la “facultad de crear”, en el tanto el Diccionario Vox la define como “la aptitud para crear o inventar”. Esta definición concuerda con lo que dice Cropley (2001), quien opina que la definición de creatividad no se debe limitar a un simple conjunto de procesos, sino que hay que tomar en cuenta a la persona envuelta, su conocimiento previo, su contexto social, ocupacional y educacional, además de sus metas y motivaciones.

 
        En este sentido, Cropley (2001) en su texto hace referencia a una variedad de conceptos sobre lo que representa la creatividad, sin embargo, coincide en un eje fundamental que es el fomento de las habilidades de aprendizaje individuales y todos aquellos aspectos que ayudan a que este proceso se realice. Definitivamente la creatividad es una condición sine qua non a los humanos, desde los hombres y mujeres de las cavernas se puede observar el desarrollo y la evolución del talento creativo, de ahí que el acto creativo supone supone la transformación del medio con intencionalidad para dar optimización a la calidad de vida de acuerdo con un sistema de valores, principios de vida, proyectos personales, sistema de creencias, tradiciones y mitos.

 
      Ahora bien, se ha demostrado cómo en tiempos de cambio los sectores económicos miran hacia las universidades y les delegan la responsabilidad de formar a la persona educada que necesitan en el mundo del trabajo, en donde la creatividad debería ser uno de los resultados por esperarse de la educación superior para dar aporte significativos a su entorno, esto se respalda con la teoría de Cropley (2001) quien planteó que las personas creativas poseen una mentalidad amplia, flexibilidad, tolerancia, apertura autoconfianza, una gran capacidad de interacción social, coraje, deseo por el riesgo y capacidad de abstracción.

 
          Por lo cual un profesor que pretenda formar profesionales creativos debería poseer un significativo grado de empatía para comprender cómo sus estudiantes ven el mundo e impulsar todo ese potencial transformador que poseen. Recuérdese que este tipo de pensamiento es divergente, amplio, transforma, produce muchas respuestas en una sola, es variable y, a la vez,  complejo. Depende de las estructuras o representaciones del mundo que cada uno maneje. Se dedica a explorar, organizar, reconocer, asociar, interpretar y aplicar (Cropley, 2001).

 
          Ante este panorama, Cropley (2001) propuso algunas categorías que muestran conductas relacionadas con el pensamiento creativo, esto le permitió generar un listado de comportamientos que los profesores deberían desarrollar para fomentar la creatividad de sus alumnos en la clase:
  1. Animar a los estudiantes a que aprendan independientemente
  2. Promover un estilo social de aprendizaje colaborativo
  3. Motivar a los alumnos para que dominen objetivamente el conocimiento, para que tengan una base sólida divergente
  4. Postergar juicios e ideas de los estudiantes, hasta que estos hayan sido minuciosamente analizados y claramente formulados
  5. Estimular el pensamiento flexible
  6. Promover la autoevaluación en los estudiantes
  7. Considerar con seriedad las sugerencias y preguntas de los alumnos
  8. Ofrecer a los estudiantes las oportunidades de trabajar con una amplia variedad de materiales y bajo distintas condiciones
  9. Ayudar a los estudiantes a aprender a superar el fracaso y la frustración

 
          Queda claro que es imprescindible crear una pedagogía en donde la creatividad sea uno de sus fines principales en donde la novedad (alejarse de de lo familiar), la efectividad (lograr algún propósito) y la ética (ofrecer fines positivos para la humanidad) sean factores recurrentes dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. Mas se requiere el compromiso de los docentes para plasmar este tipo de enseñanza pues si bien existen los docentes quienes ven la pertinencia de ser creativos y de fomentar la creatividad en las aulas, algunos no la aplican o, como señala Cropley (2001) no existe la formación pedagógica que promueva un aprendizaje significativo, por lo tanto, llama la atención sobre la formación del profesor como variable esencialmente relevante para alcanzar objetivos que los programas presentan respecto de los estudiantes.

 
          De ahí que el docente tenga la gran responsabilidad de llevar a cabo estrategias que estimulen la creatividad en los estudiantes por ejemplo el uso del humor para generar un ambiente de fluidez y confianza. También el uso de preguntas las cuales les permite a los estudiantes el formular cuestionamientos lógicos y prácticos mediante una manera diferente de expresar la información y el uso de  mapas conceptuales que permiten crear asociaciones que servirán como punto de partida para desarrollar las ideas.

 
          Definitivamente si ya desde Platón se viene proponiendo el tema de la creatividad, con más razón en este siglo de cambios sustanciales en el ámbito educativo ante metodologías más constructivistas, se hace necesario que en esta época del conocimiento la creatividad sea un tema perenne y accesible en la educación.

 



Referencia
 
Cropley, A. (2001). Creativity in Education & Learning. http://bb9.ulacit.ac.cr/bbcswebdav/courses/2C-021005G1/Creativity%281%29.pdf


 
 
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          En el siguiente enlace hay información importante sobre el pensamiento creativo: http://manuelgross.bligoo.com/content/view/1070461/El-Pensamiento-Creativo-Creatividad-procesos-estrategias-y-herramientas.html
 

 

viernes, 8 de junio de 2012

Artículo

La Nación / Foro
08 / 06 / 2012 
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La suerte está echada...

§       Si ya diversos centros educativos están apostando al cambio de paradigma educativo, ¿por qué no hacer de la motivación un permanente mecanismo que alimente el proceso de enseñanza y aprendizaje universitario?...
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Carlos Díaz Chavarría
Profesor universitario, comentarista del programa Panorama de Canara

         De acuerdo con el estudio Salud y estrés laboral del 2010, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se determinó que en los centros de trabajo la motivación es parte primordial de las estrategias de productividad debido a que mantiene a los trabajadores más contentos, ahora bien, si la motivación brindada a los empleados ha sido, desde el siglo XX, una de las principales responsables de aumentar la productividad en el ámbito laboral, sería conveniente plantearse ¿por qué no intentar aplicarla, también, en el ámbito educativo universitario costarricense?...
          Esto ante la premisa de que si muchos docentes y autoridades educativas, en reiteradas ocasiones, han manifestado que gran parte de la deserción se debe, precisamente, a que los estudiantes se encuentran en ambientes de enseñanza y aprendizaje procedentes de un sistema educativo tradicional los cuales, muchas veces, no estimulan su interés por el estudio pues en el aula imperan las imposiciones, las verdades absolutas, la falta de creatividad, la memorización, la poca interacción, la carencia de exposición de ideas o la falta de autonomía o de empatía, entonces los centros educativos universitarios deberían apostar por los cambios correspondientes que incentiven y faciliten en los estudiantes una patente motivación por lograr metas que los satisfagan y les permitan el logro de una autorrealización profesional y personal.
             Pues, definitivamente, en esta sociedad global del conocimiento, las universidades tanto públicas como privadas deben surgir a la vida con el signo del cambio, esto las compromete a asumir una misión académica congruente con las grandes innovaciones de nuestro tiempo, de ahí que les corresponda el rol estelar de formar estudiantes integrales, con una clara perspectiva intelectual, humanista y de liderazgo, que no se limite a brindar exclusivamente conocimientos, sino que se preocupe por inculcar valores y actitudes positivas ante la vida, en definitiva, un cuerpo estudiantil que, a partir de dichas competencias, se sienta motivado para alcanzar un aprendizaje que le sea significativo, más allá de estar preocupado por aprobar un curso.  
             Ante este panorama, la presidenta de la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica, Pamela Campos Brenes, comenta que es muy desestimulante cuando el docente asume que el alumno debe saberlo todo, llega de mal humor, comienza a regañar por cualquier detalle, a veces le grita a los estudiantes, no presta atención a las necesidades de sus alumnos, sólo se dedica a dictar o a hacer uso de lo memorístico, fomenta el temor, llega sin planificar las lecciones, toma una postura autoritaria en lugar de desarrollar técnicas creativas, innovadoras y una educación más cercana, más amigable, de mayor confianza con los estudiantes para que se sientan motivados a llegar a la clase por amor al aprendizaje y no por una simple obligación.
           De ahí que sea vital que los docentes, como principales agentes creadores de este cambio pedagógico y esenciales responsables del proceso de formación, desarrollen ambientes atractivos de aprendizaje los cuales sean flexibles para atender las diferencias individuales y grupales de los estudiantes, caracterizados por actividades lúdicas, innovadoras, retadoras y estimulantes como por ejemplo el uso de análisis de casos, videos, cine-foros, debates, mesas redondas, portafolios, diálogos socráticos, proyectos creativos, simulaciones, metáforas, mapas mentales o recursos tecnológicos, cuyo fin sea el predominio de la participación, la pasión, el compromiso, el positivismo, el fomento del pensamiento crítico, la cooperación y el autoaprendizaje.
          En donde, a partir de estrategias de enseñanza o evaluaciones bien planificadas, se forme un clima emocional basado en la confianza, la seguridad y la adaptación mutuas, se genere la libertad para que los alumnos se animen a preguntar y a cuestionar; además de evitar los comentarios negativos, la ansiedad, el exponer de manera burlista los errores de los estudiantes, ver, precisamente, en el error una fuente básica de aprendizaje, se reconozca abierta y públicamente el esfuerzo y los éxitos de los muchachos, se haga uso del humor, en fin, lograr que los alumnos se sientan tomados en cuenta pues de esta manera se perciben como protagonistas de su propio aprendizaje, tal y como lo expresa la psicóloga y doctora en educación, María Esther Flores Sandoval, el profesor que brinda autonomía promueve la motivación, y las personas con una motivación alta son más persistentes en sus tareas, por lo cual tienen mayor probabilidad de que alcancen sus metas y logren el éxito.
          Apostar por un cambio de paradigma. Señala un proverbio chino que “el éxito de las acciones educativas no parte solamente del hecho de la motivación mágica del profesor que dice lo que se debe hacer, sino de la motivación interior que mueva al mismo alumno a realizar lo que se le propone”. Así es, dicha motivación debe ser un trabajo conjunto, interactivo, comprometido y constante, tanta responsabilidad debe tener el docente de elaborar estrategias que motiven a los alumnos -de ser un provocador de éxito-, como los estudiantes quienes deben interiorizar, y vivir, el hecho de que el interés puede ser una buena herramienta para el triunfo educativo.
          Evidentemente para que se dé este cambio de paradigma educativo debe existir información, conciencia y voluntad para el cambio, como lo señala el Gerente de Desarrollo de Proyectos en Chile, Javier Martínez Aldanondo, “para cambiar hay que aprender y para aprender hay que cambiar”. Por eso sería interesante determinar ¿cuáles son las concepciones que poseen los docentes sobre lo que es la motivación?, ¿cómo la están implementando o la implementarían?, ¿de qué manera se está despertando el interés de los estudiantes por aprender la materia?, ¿qué estrategias se llevarán a cabo para despertar el gusto por aprender y cumplir con las respectivas demandas académicas?, ¿realmente se estará logrando la buena disposición, el trabajo activo, la mentalidad positiva o el rompimiento de la monotonía?…, pues estos planteamientos son vitales en la medida en que si se aumenta la motivación en las aulas pueden verse beneficiados tanto los docentes, quienes van a contar con un ambiente laboral más tranquilo y satisfactorio, como los alumnos quienes podrán disfrutar lecciones más gratas y lograr la eficiencia de su aprendizaje.
          Por ejemplo, de acuerdo con la opinión del Decano del Centro de Estudios Generales de la Universidad Nacional, Enrique Mata, desde que los docentes de dicha institución comenzaron a implementar en sus lecciones estrategias con mayor dinamismo se ha incrementado el rendimiento académico, el interés de los muchachos por participar más activa e independientemente en su aprendizaje, la responsabilidad académica y social de ellos, se ha disminuido la deserción y los docentes ahora se sienten con menos presión y más entusiasmo. Entonces, si ya diversos centros educativos como la Universidad Nacional o la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología, están apostando al cambio de paradigma educativo, y se están logrando importantes avances en materia de aprendizaje al plasmar una enseñanza que, como expresara el docente Francisco García Bacete, más allá de buscar poseer capacidades lo que trata es de saber cómo utilizarlas, valga reiterar, ¿por qué no hacer de la motivación un permanente mecanismo que alimente el proceso de enseñanza y aprendizaje universitario?...
          La idea es abocarse a innovaciones educativas y ver en la motivación esa trascendental oportunidad para hacer del accionar educativo un ámbito más humanista, intelectual, creativo, pensante y sensible. Se trata de educar para la profesión, el empleo, la ciudadanía, la vida, en fin, para un aprendizaje más significativo, para el autodesarrollo, o en palabras de Maslow, para la auto-actualización con el fin de que los estudiantes alcancen su máximo potencial de crecimiento como humanos. Además se debe considerar que estudiantes más motivados académicamente resultan más provechosos para el desarrollo social del país en la medida de que brinda la enseñanza de valores superiores como la empatía, el respeto, la entereza, la perseverancia y la autoconfianza, fomenta la toma de decisiones, conlleva la libertad de pensamiento y el desarrollo de individuos tanto creativos como críticos capaces de conocer y valorar la realidad en la cual se desenvuelven y de comprender el significado de sus labores y acciones en dicho contexto.
          En este sentido, por ejemplo, el ex presidente del Gobierno Estudiantil de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología, Fabián Valenciano Góngora, indica que "en una sociedad tan competitiva, más allá de la adquisición de títulos, se requieren jóvenes emprendedores, ávidos de información y espíritu investigativo, capaces de asumir retos, y para ello la motivación es el motor que impulsa grandes cambios educativos".
Por lo tanto, los diversos actores sociales, en especial los docentes quienes tienen el gran honor, pero la manifiesta responsabilidad de estar formando humanos, deben plantearse si desean ser quienes por desconocimiento, apatía o conformismo se empeñan en transitar por los caminos de una enseñanza ortodoxa, memorística y que puede conducir a la desmotivación, o, por el contrario, de aquellos quienes procurando el bienestar, desarrollo y satisfacción de los estudiantes buscan, sienten y quieren establecer la motivación como un proceso de cambio en favor de la excelencia del ámbito educativo... Como dijera el político romano Julio César, “alea iacta est” -la suerte está echada-, de nosotros depende, entonces, el camino por donde deseamos transitar…

amacali29@yahoo.com
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domingo, 27 de mayo de 2012


Una renovada educación
Por Carlos Díaz Chavarría

          Señalaba el profesor Jaime Vera que “la transformación social no se  engendra directamente por la educación.  Se engendra por la aplicación de la educación.  Y la aplicación de la educación es acción,  acción inteligente, pero acción”. Y esto no se hace más pertinente ante la complejidad de las demandas políticas, económicas, culturales y sociales del siglo XXI, en donde el ámbito educativo también se ve inmerso en un eminente proceso de formación dentro de lo que es la sociedad global del conocimiento, de la era tecnológica, de exigencias del mercado y de diversidades sociales .

          En este sentido, como señala Gardner (2005), “la indudable hegemonía de la ciencia y la tecnología plantea nuevos retos a la educación. Los jóvenes deben aprender a pensar de manera científica si quieren entender el mundo moderno y participar en él”. Valdría la pena, entonces, preguntarse, tal y como lo hacen Levy y Murnane  (2007), “¿cuál educación y cuáles habilidades se necesitan para tener un empleo decente en el mercado laboral creado por las computadoras y la globalización?”.


          Ciertamente el alcance mundial que ha tenido la globalización, lo complejo de la vida social y la gran cantidad de nuevos y acelerados conocimientos que la tecnología ha generado, ha hecho que de diferentes grupos de investigación educativa germinen diversos intereses e iniciativas por hacer de la educación desarrollo, y sus respectivas competencias, una adecuada manera de darle respuesta a estos cambios, “educar la mente es una tarea muy valiosa y no queremos que se haga de una manera impulsiva”, era lo que señala Gardner (2005). Por ello la educación, en este siglo, debe basarse en el aprendizaje de un pensamiento autónomo, lógico, autoexpresivo, autorregulado y analítico, es decir un pensamiento crítico, disciplinado, respetuoso y creativo.

          Tal objetivo no debe postergarse, o no debe enfocarse de manera superficial, de ahí que se haga una tarea imperiosa garantizar la calidad de las universidades mediante una pronta, efectiva y eficaz relectura de la enseñanza y el aprendizaje educativo dentro de la complejidad del conocimiento, globalización e intereses laborales de nuestros tiempos. De hecho la exagerada proliferación de centros educativos obliga a las universidades tanto públicas como privadas, desde una óptica ética, moral y profesional, a contar con un currículo impregnado del sustento de habilidades cognitivas como el análisis y la inferencia, o afectivas como la empatía, el respeto, la autoestima y el trabajo en equipo. Esto le puede permitir al centro educativo, en especial al profesorado, ofrecerle a los estudiantes una enseñanza en donde los saberes guarden relación con el mundo real para ejercer idóneamente sus profesiones, enfrentar las demandas que la sociedad les exigirá y llevar a cabo un proceso de conocimiento individual que los haga mejores profesionales y humanos.
          Como indicara Gardner (2005), “la educación para el futuro deberá ayudar a más personas a comprender las mejores cualidades de los mejores seres humanos”, pero también, en términos de Levy y Murnane (2007), “no deberíamos esperar una transición fácil. El enseñar el pensamiento especializado y la comunicación compleja requerirá ajustes significativos, y la demografía de la nación no está de nuestro lado”. Quizás la labor no sea sencilla, pero ello no es excusa para no proponerse a replantear el quehacer universitario.

         Pese a esto, la situación no se presenta de manera muy sencilla ya que, según los resultados del “Estudio Global de Capital Humano 2008” realizado por IBM a más de 400 ejecutivos de recursos humanos en el mundo (Acevedo, 2011), el ritmo de la globalización no necesariamente está junto a la capacidad  para formar líderes quienes hagan posible el crecimiento de las empresas, de ahí que, como señalara la líder de la “Práctica de Human Capital Management en IBM para América Latina”, Alejandra DAngostino (como se citó en Carriego, 2010), “es recomendable gestionar talentos a través del trabajo directo con universidades e instituciones de educación secundaria”.

        También Montes, director del Sistema Nacional de Aprendizaje para el Trabajo (como se citó en Carriego, 2010), señala que en la actualidad, tanto para el sector educativo como empresarial, el generar competencias en los líderes futuros constituye una tarea fundamental para que los ambientes de aprendizaje se parezcan cada vez más al mundo productivo. De ahí que el papel de la educación no es solamente brindar un sustento académico sino el de fortalecer los conocimientos de los alumnos y brindarles las competencias necesarias para obtener buenos resultados en el ámbito laboral.

          Basta observar muchos de los clasificados que aparecen en la prensa escrita para darse cuenta de que en muchas empresas, además de la pertinencia de un título, se exigen competencias como el liderazgo, la interrelación personal, la capacidad creativa, el trabajo autónomo, el interés por actualizarse, el espíritu emprendedor, la capacidad de análisis, la toma de decisiones, la resolución de conflictos, la capacidad de negociación y el fomento de destrezas tanto en la comunicación oral como escrita (Carriego, 2010).

          Cheng (2007), precisamente expone que entre los requisitos que se les está exigiendo a los futuros profesionales se encuentran la capacidad para la toma de decisiones, la solución de problemas, el trabajo en equipo, flexibilidad en el tratamiento de las diferencias personales y conflictos, relaciones positivas con sus compañeros de trabajo, habilidades de comunicación, mayor capacidad de socialización, mayor comprometidos en el aprendizaje, auto-confianza, auto-reflexión, el ser emprendedores y aplicación del pensamiento crítico.

          En este sentido, además, el lograr estudiantes críticos permite que no se llegue a niveles de impulsividad los cuales promuevan el emitir opiniones sin fundamento o de manera instintiva, por el contrario lo que se busca es que los alumnos se conviertan en estudiantes activos, quienes reconozcan y aprendan de sus yerros, escuchen y evalúen diversos puntos de vista, utilicen fuentes de información para realizar investigaciones objetivas, traten de buscar soluciones racionales a los problemas, mantengan la mente abierta a ideas nuevas y lleguen a desarrollar la autodisciplina (Martín, 2011).

          De ahí que los centros universitarios, tanto públicos como privados, deben incorporarse a la vida social con un evidente signo de cambio que sea congruente con las innovaciones, requerimientos, necesidades y demandas de los estudiantes para hacer de ellos profesionales quienes les respondan de manera pertinente a la sociedad. Se deben formar ciudadanos comprometidos con su entorno e individuos con una clara conciencia social; alumnos integrales con un alto grado de sustento crítico-humanista, que les permita enfrentar de la manera más eficaz este contexto (Díaz, 2011).

          Alumnos libres, activos, propositivos e independientes quienes puedan, de manera racional, hacerle frente a las diversas problemáticas presentadas en el ámbito social y puedan dar contribuciones positivas a dicho sector. De ahí que estas demandas deban enfocarse a una renovada consideración del concepto de calidad educativa y una constante preocupación por mejorar tanto los procesos como los resultados, tal y como expone Cheng (2007), “la educación debe regresar a su premisa original de preparar ampliamente a los jóvenes para su futuro”.

            El propósito es formar alumnos, ciudadanos, quienes desarrollen una manera de pensar con criterios propios, a partir de la investigación, de una reflexión constante, con el fin de que puedan ver y analizar la realidad desde diversas perspectivas y lecturas  para replantearse los modelos establecidos, y muchas veces impuestos, mediante la propuesta de ideas y opciones nuevas. De ahí que en un mundo en donde parte del sistema educativo parece extraviarse en el individualismo y la instrumentalización, el llamado que debe imperar es el de rescatar al humano que está detrás de cada alumno, para devolverle el control soberano sobre su existencia en el ámbito intelectual y espiritual. Se trata es de ir más allá del contenido para trascender con el fin de invertir más en el pensamiento y el capital humano de los estudiantes (Díaz, 2010).
        Ello es esencial en la búsqueda de alumnos con liderazgo y un desarrollo humanístico lo cual les permita no sólo analizar, construir y evaluar los conocimientos sino, también, aplicarlos e integrarlos en su contexto con el fin de que desarrollen una conciencia democrática en la medida en que se comprometan con sus valores y conductas como parte activa de una sociedad (Laerreta, 2010). Pues alumnos informados, con sentido crítico, con criterio propio y con un alto grado de racionalidad, serían capaces de dar mayores aportes positivos al país, de hacer mejores elecciones políticas, de desarrollar un mayor nivel de conciencia social y estarían menos expuestos a la manipulación pues tendrían un mayor de nivel de conciencia y de información para enfrentar situaciones tanto desde aspectos democráticos hasta económicos (Facione, 2007).

        Definitivamente este mantener viva la mente y la sensibilidad de los estudiantes, como lo llamaba Gardner (2005) hoy se convierte en una necesidad no sólo social, sino económica pues muchas de las empresas nacionales e internacionales solicitan trabajadores quienes sepan resolver problemas, trabajar en equipo, capaces de adaptarse a situaciones nuevas o tomar decisiones de manera creativa, pero a la vez, se requiere educar más allá del ámbito profesional para lograr, como señala Cheng (2007), que se genere un

desarrollo personal en dominios que son más pertinentes a su futuro, incluyendo el desarrollo de una pasión por la naturaleza, un compromiso con la sociedad (por medio de membrecía en grupos), perseverancia, habilidad de liderazgo, apreciación por las artes, habilidades interpersonales, fluidez en un segundo o tercer idioma, familiaridad con otras culturas, sentido de justicia, creencia en derechos de igualdad y tolerancia de la diversidad y la pluralidad –una educación en mayor sincronía con las realidades de una era global.

          Ciertamente en el tanto las universidades estén abiertas a asumir los procesos de cambio y de redefiniciones curriculares acorde con las posturas del ejercicio profesional, podrá establecerse un modelo pedagógico en donde el estudiante pueda asumir, desde el pensamiento crítico, una postura flexible, reflexiva, activa y coherente con las exigencias socio-laborales, es decir, una patente responsabilidad social  la cual es una condición indispensable para el bien común y el desarrollo humano y nacional. (Jiménez, 2002)

        Ante este panorama, se debe tener en cuenta que las universidades deben estar presentes en la vida social como agentes de cambio. O. Chávez (comunicación personal, 3 de agosto de 2011) afirma que desde su perspectiva como educadora es básico el apoyo de los centros universitarios para lograr cambios significativos en los planes de estudio, en especial que se orienten a contenidos y dinámicas que despierten la competitividad, los valores, la racionalidad y el compromiso de los alumnos por servirle a su sociedad, pues como lo expresaba el psicólogo Jean Piaget: “La meta principal de la educación es crear personas que sean capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente de repetir  lo que otras generaciones han hecho”. (Ballenato, 2007)

        Entonces nadie que se vanaglorie de respetar la enseñanza puede hacer caso omiso del gran valor de la educación como fenómeno social, y de la necesidad de modelos curriculares que logren integrar, idóneamente, a los educandos a la sociedad, y  aporten a la conformación de la realidad cultural y laboral de los distintos grupos humanos. Porque como dijera Mauro Fernández: “La educación es un supremo bien, pues con ella se persiguen deliberadamente la democracia y la cultura”. Por ello es fundamental establecer una orientación diferente en el ámbito educativo que incorpore una comprensión más productiva de la enseñanza y el estudio. (Meier, 2010)


        Para cumplir tal misión, los profesores deben ser congruentes, es decir, el docente debe también, desde su rol profesional y como modelo para sus alumnos, mostrar su compromiso con la sociedad y su pensamiento crítico acerca de cuestiones significativas del entorno educativo, laboral y social. Esto es vital pues, como señalara Gardner (2005), son una especie de mentores para los estudiantes, por lo cual representaría un inconveniente  que los docentes no sean un constante ejemplo para sus alumnos de una activa y comprometida participación ciudadana, no generaran cambios de actitudes, no incitaran a la reflexión, evitaran que el alumno participara activamente, no promoviera la toma de conciencia o se enfocara solamente a ser profesor académico. Si se deja de lado su labor de formadores de humanidad, los docentes se convertirían, sencillamente, en una especie de “antivalores” (Gardner, 2005).

          Ahora bien, esta preocupación política por lograr estándares de calidad no es reciente, ya en la Grecia Clásica, con Platón (427-347 a.C.) y Aristóteles (384 a.C.), aparece la idea de que “la educación debe estar garantizada por los poderes públicos” (Cano, 1998), posteriormente con las primeras casas de enseñanza durante la Ilustración se avanza en este aspecto, pese a esto, y al auge que le dieron los Organismos Internacionales en el siglo XX como la UNESCO, el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación Desarrollo Económico (OCDE) y su Centro para la Investigación de la Enseñanza (CERI) en Europa, unido a la Organización Internacional del Comercio (OMC) y la Comunidad Europea (CE), las cuales han impactado enormemente en sus regiones y el resto del mundo, la educación sigue presentando grandes deficiencias en especial con la calidad educativa de cara a la globalización (Cano, 1998). 

        En el caso de Costa Rica el cambio de paradigma suscitado a finales del siglo XX ha significado una renovada manera de percibir el mundo y cómo se da su propio desarrollo, la idea es abocarse a una manera humanista, integral, de percibir el entorno en la cual el ámbito educativo debe asumir una responsabilidad protagónica, así lo indica el ex ministro de Educación, durante el período 1994-1998, Eduardo Doryam (Consejo Superior de Educación, 2009), al señalar que los humanos solamente pueden lograr una visión integral a través de una oferta académica en la cual tanto los conocimientos como los procesos para construirlos, reconstruirlos y aplicarlos, deben estar decisivamente incorporados de manera analítica y reflexiva en el proceso educativo para desembocar en atinados mecanismos de cohesión social y laboral, de acuerdo con las exigencias de la imperante globalización


        Sencillamente se trata de apostar por una renovada educación, en donde se forme a los estudiantes como ciudadanos solidarios, responsables, críticos, pensantes y participativos. Es repensar los desafíos a la innovación educativa y establecer un diálogo entre aprendizaje, servicio, educación y compromiso social. Representa  tomar en cuenta los nuevos actores sociales, las nuevas problemáticas y las nuevas posibilidades de participación para abrir los horizontes de una educación de mayor calidad y, por ende, de una sociedad costarricense más pensante, activa, plural y humanista. Ahora bien, como se preguntara Cheng (2007), ¿esta es la sociedad a la cual nuestros estudiantes van a entrar luego de la graduación?, ¿los estamos preparando adecuadamente para una integración exitosa?...



Referencias



        
Carriego, C. (2010).  Gestionar una escuela comprometida con las demandas de su tiempo. Recuperado de http://www.rieoei.org/deloslectores/1421Carriego.pdf
Cheng, K. (2007).  El lugar de trabajo postindustrial y los retos de la educación. Recuperado de http://bb9.ulacit.ac.cr/bbcswebdav/courses/2C-021005G1/Cheng.pdf

Consejo Superior de Educación. (1990). La política educativa en el siglo XXI.
Recuperado de
http://es.scribd.com/doc/17323146/Politica-Educativa-Hacia-el-Siglo-XXI



Facione, P. (2007). Pensamiento Crítico. ¿Qué es y por qué es importante? Recuperado de http://www.eduteka.org/PensamientoCriticoFacione.php

Levy, F. & Murnane, R. (2007). How computerized work and globalization shape human skill demands. Recuperado de http://bb9.ulacit.ac.cr/bbcswebdav/courses/2C021005G1/Levy%20y%20Murnane.pdf

Garay, C. (2011) La educación es tarea de todos. Blog. Recuperado de http://ciap.blogspot.es/

Gardner, H. (2005). Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo. México: Paidos.


Jiménez, M. (2002). Educar para la responsabilidad social. Recuperado de http://www.prohumana.cl/minisitios/feria/presenta/Educar.pdf
Laerreta, B. (2010). El  pensamiento crítico en las aulas universitarias. Recuperado de http://www.portalfitness.com/Nota.aspx?i=7640
Martín, E.  (2011). Críticos o criticones. Recuperado de            http://www.lja.mx/opinion/perspectiva-tec-diana-garcia-trevino/1200-criticos-o-criticones
   Meier, D. (2010). Are  National  Standards the  Right  Move?  Educational Leadership. Recuperado de http://web.ebscohost.com/ehost/detail?hid=12&sid=040ebd0b-b736-4f4d-
9b8e11a300a8190e%40sessionmgr12&vid=3&bdata=Jmxhbmc9ZXMmc2l0ZT1laG9zdC1saXZl#db=aph&AN=48972503