De
acuerdo con el Diccionario de la Real Academia, “creatividad” significa la
“facultad de crear”, en el tanto el Diccionario Vox la define como “la aptitud
para crear o inventar”. Esta definición concuerda con lo que dice Cropley (2001),
quien opina que la definición de creatividad no se debe limitar a un simple conjunto
de procesos, sino que hay que tomar en cuenta a la persona envuelta, su
conocimiento previo, su contexto social, ocupacional y educacional, además de
sus metas y motivaciones.
En
este sentido, Cropley (2001) en su texto hace referencia a una variedad de
conceptos sobre lo que representa la creatividad, sin embargo, coincide en un
eje fundamental que es el fomento de las habilidades de aprendizaje
individuales y todos aquellos aspectos que ayudan a que este proceso se
realice. Definitivamente la creatividad es una condición sine qua non a los
humanos, desde los hombres y mujeres de las cavernas se puede observar el
desarrollo y la evolución del talento creativo, de ahí que el acto creativo
supone supone la transformación del medio con intencionalidad para dar
optimización a la calidad de vida de acuerdo con un sistema de valores,
principios de vida, proyectos personales, sistema de creencias, tradiciones y
mitos.
Ahora
bien, se ha demostrado cómo en tiempos de cambio los sectores económicos miran
hacia las universidades y les delegan la responsabilidad de formar a la persona
educada que necesitan en el mundo del trabajo, en donde la creatividad debería
ser uno de los resultados por esperarse de la educación superior para dar
aporte significativos a su entorno, esto se respalda con la teoría de Cropley
(2001) quien planteó que las personas creativas poseen una mentalidad amplia,
flexibilidad, tolerancia, apertura autoconfianza, una gran capacidad de
interacción social, coraje, deseo por el riesgo y capacidad de abstracción.
Por lo cual un profesor que pretenda
formar profesionales creativos debería poseer un significativo grado de empatía
para comprender cómo sus estudiantes ven el mundo e impulsar todo ese potencial
transformador que poseen. Recuérdese que este tipo de pensamiento es
divergente, amplio, transforma, produce muchas respuestas en una sola, es
variable y, a la vez, complejo. Depende
de las estructuras o representaciones del mundo que cada uno maneje. Se dedica
a explorar, organizar, reconocer, asociar, interpretar y aplicar (Cropley,
2001).
Ante
este panorama, Cropley (2001) propuso algunas categorías que muestran conductas
relacionadas con el pensamiento creativo, esto le permitió generar un listado
de comportamientos que los profesores deberían desarrollar para fomentar la
creatividad de sus alumnos en la clase:
- Animar a los estudiantes a que aprendan independientemente
- Promover un estilo social de aprendizaje colaborativo
- Motivar a los alumnos para que dominen objetivamente el conocimiento, para que tengan una base sólida divergente
- Postergar juicios e ideas de los estudiantes, hasta que estos hayan sido minuciosamente analizados y claramente formulados
- Estimular el pensamiento flexible
- Promover la autoevaluación en los estudiantes
- Considerar con seriedad las sugerencias y preguntas de los alumnos
- Ofrecer a los estudiantes las oportunidades de trabajar con una amplia variedad de materiales y bajo distintas condiciones
- Ayudar a los estudiantes a aprender a superar el fracaso y la frustración
Queda claro que es imprescindible
crear una pedagogía en donde la creatividad sea uno de sus fines principales en
donde la novedad (alejarse de de lo familiar), la efectividad
(lograr algún propósito) y la ética (ofrecer fines positivos para la humanidad)
sean factores recurrentes dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. Mas se
requiere el compromiso de los docentes para plasmar este tipo de enseñanza pues
si bien existen los docentes quienes ven la pertinencia de ser creativos y de
fomentar la creatividad en las aulas, algunos no la aplican o, como señala
Cropley (2001) no existe la formación pedagógica que promueva un aprendizaje
significativo, por lo tanto, llama la atención sobre la formación del profesor
como variable esencialmente relevante para alcanzar objetivos que los programas
presentan respecto de los estudiantes.
De ahí que el docente tenga la gran
responsabilidad de llevar a cabo estrategias que estimulen la creatividad en
los estudiantes por ejemplo el uso del humor para generar un ambiente de
fluidez y confianza. También el uso de preguntas las cuales les permite a los
estudiantes el formular cuestionamientos lógicos y prácticos mediante una
manera diferente de expresar la información y el uso de mapas conceptuales que permiten crear asociaciones que servirán como punto de partida para desarrollar las ideas.
Definitivamente si ya desde Platón se
viene proponiendo el tema de la creatividad, con más razón en este siglo de
cambios sustanciales en el ámbito educativo ante metodologías más
constructivistas, se hace necesario que en esta época del conocimiento la
creatividad sea un tema perenne y accesible en la educación.
Referencia
Cropley, A. (2001). Creativity in Education & Learning. http://bb9.ulacit.ac.cr/bbcswebdav/courses/2C-021005G1/Creativity%281%29.pdf
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En el siguiente enlace hay información importante sobre el pensamiento creativo: http://manuelgross.bligoo.com/content/view/1070461/El-Pensamiento-Creativo-Creatividad-procesos-estrategias-y-herramientas.html
Saludos, me agradó mucho leer su trabajo, concuerdo con lo que usted expresa. La creatividad engloba todo un mundo y llevar a los estudiantes a descubrirlo es labor del profesor. Un profesor que necesita estar consiente de ello y verlo como un objetivo a lograr
ResponderEliminarExactamente, si el profesor no es consciente de esa realidad, ¿cómo la va a transmitir a los estudiantes?... Muchas gracias.
EliminarSaludos.
Hola Carlos.
ResponderEliminarAunque la creatividad es la capacidad de crear, se debe tomar en cuenta que no todos los días se puede crear o tener la motivación para hacerlo. Los grandes creadores no inventaban todos los días, sino que sus creaciones eran producto de momentos de inspiración o motivación. Por ello, no se puede pretender que los estudiantes nos respondan siempre como esperamos, hay que dar tiempo a que uno de los temas que desarrollamos les genere esa chispa.
Y si ellos no la generan, la chispa la podemos poner nosotros, los docentes muchas veces sirven de motivación para ellos. Ahora me surge una inquietud: ¿deben los docentes siempre llegar con esa "chispa" al aula, aunque no estén motivados para hacerlo?...
EliminarSaludos.
La realidad que plantean los sistemas educativos, con las fuerzas del mercado quedan claras con lo que escribes: “Los sectores económicos miran hacia las universidades y les delegan la responsabilidad de formar a la persona educada”
ResponderEliminarQuizá la problemática no parta de esa necesidad que tiene el mercado de obtener personas educadas y formadas, sino en el medio por el cual las casas de enseñanza realizan ese proceso, el cual de acuerdo a las lecturas se ha constituido en un proceso mecanizado e industrial, en donde no se reconocen las diferencias de aprendizaje de las personas y las diferencias en la demostración de los resultados y los aprendizajes.
Ahora bien, tenemos nosotros los docentes las herramientas para impactar en el mejoramiento de este proceso? Creo que parcialmente, muchos carecemos de la suficiente formación pedagógica para disponer de todas las armas para facilitar ambientes propicios para la construcción del aprendizaje y el fomento del pensamiento crítico y creativo.
No obstante si existen actividades puntuales que podemos implementar para promover este tipo de pensamiento, de las que citas considero que la más importante es el número 9 “Ayudar a los estudiantes a aprender a superar el fracaso y la frustración”
Ken Robinson lo señala en su video “Si no está preparado para equivocarse nunca llegará a nada original”
Gracias por tan sustentado aporte.
EliminarSaludos.
Estimado Carlos,
ResponderEliminarMuy atinente lo que incorpora sobre este tema tan intenso.
Sería tan amable de brindarme un ejemplo de cómo se lograría "Postergar juicios e ideas de los estudiantes, hasta que estos hayan sido minuciosamente analizados y claramente formulados"
Gracias
Estimado Carlos; me han parecido muy interesantes tus aportes. Creo que has centrado muy bien en el escrito, la importancia del trabajo docente en general y de las universidades en particular, para desarrollar la creatividad en las personas. Destacas que “se ha demostrado cómo en tiempos de cambio los sectores económicos miran hacia las universidades y les delegan la responsabilidad de formar a la persona educada que necesitan en el mundo del trabajo, en donde la creatividad debería ser uno de los resultados por esperarse de la educación superior para dar aporte significativos a su entorno” y esto es cierto en nuestro país, sin embargo, en otros países más exitosos como Finlandia por ejemplo, más bien son las universidades que hacen alianzas estratégicas con los sectores productivos para desarrollar la creatividad y la innovación. Se ha visto que la sociedad y sobre todo las necesidades cotidianas son un gran motor de la creatividad y la innovación, y gran parte de las personas creativas e innovadoras no son precisamente los profesores universitarios, que desde luego hay muchos, sino los empresarios, los trabajadores que están constantemente necesitados de resolver problemas concretos y reales. Estimado Carlos, he estado leyendo un lindo libro de Andrés Oppenheimer, titulado ¡Basta de historias!, que me ha parecido muy interesante porque permite mirar otros puntos de vista sobre como ver la educación y su papel en el desarrollo de las naciones. ¿Lo has leído? Si no es así se lo recomiendo, te va a gustar.
ResponderEliminarSaludos
No lo he leído, gracias por la recomendación, aprovecharé las vacaciones.
EliminarSaludos.