sábado, 19 de mayo de 2012




Dos caras de la misma moneda…
Por Carlos Díaz Chavarría




           Señalaba el psicólogo suizo Jean Piaget que “la meta principal de la educación es crear humanos que sean capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente de repetir lo que otras generaciones han hecho”. Esta máxima no posee mayor relevancia que en esta época de constantes cambios en el ámbito político, económico, social y cultural en donde se hace una tarea imperiosa que las universidades, desde una óptica ética, moral, profesional y humanística, garanticen la calidad de la enseñanza superior mediante una pronta, efectiva y eficaz relectura del aprendizaje educativo, para que este les ofrezca a los estudiantes, a cabalidad, los conocimientos y las herramientas necesarias para ejercer idóneamente sus profesiones, enfrentar las demandas que la sociedad les exigirá y llevar a cabo un proceso de conocimiento individual que los haga mejores humanos.


          Dentro de este contexto, los conceptos de aprender y educar cobran una vital función dentro del ámbito educativo, pues ambos giran en torno a la dinámica de la enseñanza, en este caso, la universitaria. Por un lado, aprender implica un proceso que se produce, esencialmente desde dentro del estudiante, esto significa que requiere la organización de actividades para que se logre que todo cambio sea relativamente permanente y que los conocimientos, actitudes y habilidades se den como consecuencia de la práctica (Real Academia Española, 2012). De ahí que aprender implica siempre, de alguna forma, “desaprender”, por ello constituye un valioso ingrediente para el crecimiento educativo de la sociedad porque su centro lo constituye la construcción, la cual desplaza, afortunadamente, a la simple recepción, repetición y memorización; bien lo señalaba el psicólogo Gardner (1999): “el objetivo de educar es para la comprensión, no para la repetición de conceptos”.


          Por otro lado, la palabra educar proviene del latín educere (guiar, conducir) o educare (formar, instruir), constituye un proceso por medio del cual se transmiten costumbres, valores, conocimientos y formas de actuar, dentro de un contexto social, con el fin de fomentar las habilidades intelectuales, espirituales y morales de quienes lo reciben. Entonces, en su concepto tradicional, educar implica ayudar a otra persona  a desarrollarse al máximo, ello significa que quien proporciona educación a un tercero no se limita a transmitirle conocimientos o a iniciarlo en la práctica de un arte, un oficio o una profesión, sino que debe brindarle, fundamentalmente, una enseñanza humanista. Es decir, debe enseñarle a adoptar un aprendizaje  responsable ante la vida, esto conlleva una visión más constructiva del hacer en el aula, más dialógica e integral entre el aprender y el educar; el aprender, entonces, en un sentido más concreto, es un llegar a educar.


            Como ejemplo, en la actualidad, de este necesario vínculo entre el aprender y el ámbito educativo,  se puede mencionar el enfoque constructivista ya que se sustenta en la idea de que la finalidad de la educación impartida es promover los procesos de crecimiento personal del estudiante, en el marco de la cultura del grupo al que pertenece; es decir, educa a pensar y actuar sobre contenidos significativos. Este enfoque sostiene que el individuo en los aspectos cognoscitivos, sociales y afectivos no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo diariamente como resultado del aprendizaje adquirido mediante el factor educativo (Serrano, 2011). Ante esta perspectiva, el estudiante es guiado por el facilitador, quien busca fomentar competencias y valores cognitivos y afectivos, ya que es el propio estudiante quien construye el conocimiento, aprende de manera autónoma y se vuelve un agente activo cuando explora, descubre y propone.


           Por ello, la función de las universidades no puede limitarse a crear las condiciones óptimas para que los actores del proceso educativo desplieguen una actividad mental constructiva, rica y diversa, deben intentar, además, orientar esta actividad con el fin de que la construcción de los estudiantes se acerque a lo que significa y representa el aprender y el educar como saberes culturales y constructos sociales que deben funcionar integralmente. Esto, sin duda, representa un gran estímulo para rediseñar, repensar y reconstruir el hacer de las universidades y, por ende, un evidente aporte en  la búsqueda de una educación superior más productiva que contribuya, con mayor conciencia, al progreso nacional. El asunto es que tal propósito no quede solo en palabras sino que se convierta en hechos, pues tal y como lo señaló el poeta alemán Johann Wolfgang Goethe: “No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer”.


Referencias


Gardner, H. (1999). La escuela ideal es la que enseña a aprender. Recuperado de http://www.muyinteresante.es/howard-gardner



Real Academia Española. (2012). Diccionario de la lengua española. Recuperado de  http://www.rae.es/rae.html

Serrano, J. (2011). Enfoques constructivistas en educación. Recuperado de
                       http://redie.uabc.mx/contenido/vol13no1/contenido-serranopons.pdf

17 comentarios:

  1. Saludos Carlos, me llama la atenciòn cuando expresa "el rediseñar, repensar y reconstruir el hacer de las universidades", definitivamente las instituciones deben poner manos a la obra en lo que a educaciòn y aprendizaje respecta, he tenido la oportunidad de conocer a lo interno varias universidades, y lo que he notado es que la mayorìa de estas instituciones se centran en crecer en cuanto a infraestructura, tecnología y publicidad, lo cual no estoy diciendo que sea erróneo o que no aporte al proceso de aprendizaje, sino que esto debe ser parte de un equilibrio para ofrecer servicios de calidad en todos sus sentidos.

    Se necesita en definitiva, una mente constructivista del aprendizaje para rediseñar, repensar y recosntruir el hacer de las universidades.

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  3. Así es, pensar más en quienes deberían ser su principal objetivo, los estudiantes; lo demás que usted señala es importante en aspectos de calidad, acreditaciones y hasta decorativos, pero la esencia de una institución educativa, su vida, su porqué de existir deben ser los alumnos. Desgraciadamente no siempre se parte de este principio.

    Saludos.

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  4. Estimado Carlos:

    Sumamente interesante su ensayo.

    Rescato sobre el tema de desaprender lo que otro compañero indicara en otro momento:

    "Los analfabetos del siglo XXI, no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender lo aprendido y volver a aprender." - Alvin Toffler

    Los invito a que visiten este link de Eduardo Punset sobre el tema de desaprender:

    http://www.youtube.com/watch?v=i6mwaSyNFg8


    Al final es un proceso continuo de aprender-desaprender-reaprender.

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    1. Desaprender siempre me ha parecido una palabra mágica dentro de diversos ámbitos, no solo el educativo, como en política o religión, pues abre un abanico de posibilidades y nos lleva al análisis y a la toma de decisiones más racionales. En el campo que nos compete los docentes y los estudiantes requieren desaprender al mismo tiempo que ‘aprender’ para lograr un aprendizaje transformacional que les permita no sólo adquirir nuevos conocimientos sino, también, estimular la modificación del comportamiento a la luz de la revisión de sus propios marcos de referencia.

      Para lograr esta propuesta los estudiantes, y también los docentes, deberán revisar no sólo lo que hacen, sino cómo piensan y quiénes son. El proceso no sólo es cognitivo, también es emocional y corporal. Se plantea un enfoque holístico que trabaje en los tres campos y que en cada uno de ellos el concepto de desaprender sea la idea fuerza. ¡Excelente el vínculo! Muchas gracias.

      Saludos.

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  5. Carlos: muy interesante el punto de que las universidades deben ir más allá, pues en ocasiones se piensa que solamente al asistir a cierto centro educativo él se encarga de todo, y no es simplemente la acción del estudiante, sino la del docente también, pues debe intentar desarrollar todas las posibles capacidades de cada estudiante al máximo y que de esa maner aprenda a desarrollarse aún más en el futuro como profesional.

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    1. Definitivamente las universidades deben estar presentes en la vida social como agentes de cambio, como promotoras de servicios, pues como lo expresaba Jean Piaget: “La meta principal de la educación es crear personas que sean capaces de hacer cosas nuevas, no simplemente de repetir lo que otras generaciones han hecho”.

      Saludos.

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  6. Hola Carlos,
    El reto que las universidades tienen hoy en día es tarea titánica. Me gusta como entrelaza los conceptos de aprender y enseñar y los vincula a la misión de la universidades del siglo XXI. La cita al final del ensayo le da un cierre fuerte a la conclusión.
    Siento que algunas de tus oraciones son largas. Sería aconsejable el acortarlas para puntualizar tus ideas de manera más efectiva. Por ejemplo, la introducción únicamente tiene 2 oraciones. La segunda oración podría dividirse al menos en dos oraciones.

    Saludos,

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    1. Muchas gracias por los comentarios. En el primer párrafo lo que se puede hacer es dividir la oración (aunque las pausas están marcadas con comas), pero utilizando un conector, no un punto y seguido, pues es la misma idea.

      Saludos.

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  7. Hola Carlos, me pareció muy pertinente su comentario sobre las universidades y sus retos. Para polemizar, me gustaría agregar otro más, relevante para el contexto de Costa Rica. Se trata de la migración y posterior explosión de las universidades-empresa. En particular me preocupa la tensión potencial entre los loables objetivos de formación para el crecimiento personal y desarrollo del país, versus exigencias de corte financiero y de generación de dividendos hacia las cuales gravitan. Las siento vulnerables a las demandas de un mercado más interesado en asegurar la producción que la reflexión sobre formas de mejorar nuestra sociedad.

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    1. Lo ideal sería, ante esta realidad, un mayor compromiso de las instituciones educativas por establecer programas de universidad-empresa en donde se tenga como objetivo el fomento del espíritu empresarial y la formación de emprendedores mediante la elaboración de planes de empresa y el desarrollo de valores como la creatividad, la autonomía, el pensamiento crítico y el liderazgo.

      Saludos.

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  8. Estimado Carlos, concretas muy bien los conceptos de aprender y educar usando la etimología de ambas palabras. Destaco algunos comentarios tuyos como por ejemplo el concepto de desaprender como una actividad intelectual muy importante para los procesos de reeducación o actualización, donde hay que mirar con ojos nuevos. Esto destaca mucho el concepto de construcción del conocimiento como un proceso personal y dinámico que se sustenta y se basa en conceptos anteriores. Me gusta mucho cuando destacas que la función de las universidades debe ir más allá de los meros contenidos y más bien debe pensar seriamente en ser gestora de saberes culturales y constructos sociales.
    Mi pregunta es si las universidades de nuestro país están haciendo esto último o al menos lo están pensando. ¿Qué opinas de acuerdo con tu experiencia como docente universitario?
    En cuanto al formato de su blog, El color de la letra no me parece apropiado para los que tenemos problemas visuales y no olvide agregar sus datos personales.
    Saludos,

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    1. Me magino que se refiere al anaranjado... En cuanto a los datos están colocados desde que hice el blog, si se pica en donde dice datos aparece toda la información, ahora si se refiere a que aprezca directamente en el blog voy a ver cómo se hace.

      En cuanto a la pregunta solo podría hablar por tres universidades, la UCR, la UNA y Ulacit, estas dos últimas las veo muy abiertas a las innovaciones educativas, bueno en Ulacit el solo hecho de no hacer exámenes es una prueba de ello. En cuanto a la UCR, en algunas Facultades, la percibo con metodologías más conservadoras, a lo mejor por la misma orientación pedagógica de quienes están al mando.

      Sin embargo no me puedo quejar, desde hace 17 años se me ha permitido tener bastante libertad de Cátedra, así que no he tenido que verme sometido a lineamientos educativos muy ortodoxos. Ojala que los otros centros educativos se orienten, cada vez más, a esta práctica y, por supuesto, que los profesores que tienen la oportunidad de acercarse a nuevas metodologías educativas las pongan en práctica de manera eficaz, pues nada se hace con el hecho de que la universidad las proponga o establezca si dentro de la clase se sigue implementando una enseñanza tradicional...

      Saludos.

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    2. Tocando y tocando, ya supe cómo visualizar datos. Saludos.

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  9. Hola Carlos
    Siempre es un gusto leer tus desempeños, me agrada mucho lo que mencionas de la enseñanza humanista, es claro que la universidad está contribuyendo en la formación de personas que se van a desarrollar en sociedad y de ahí la relevancia de ofrecer una educación responsable ante la vida, ahora que recién termine de leer el documento de Gardner “Las cinco mentes del futuro”, relaciono lo que mencionas con la mente respetuosa y la ética.
    La educación que deben ofrecer los ámbitos universitarios como lo señalas debe ser una que contribuya al progreso nacional, pero no necesariamente desde el punto de vista economicista del concepto PIB, sino como lo señalara la rectora de la UCR hace un tiempo atrás al referirse a la misión de la universidad “dar una educación humanística, integral y formadora, que vincule al individuo con la comunidad en la que se desarrolla y que sea este un pilar en la consecución de soluciones a los problemas cotidianos, la educación como proceso del desarrollo de las personas se debe ver como un servicio a la comunidad estudiantil y no como un somero negocio de tipo lucrativo.”
    Del artículo que subes de Gardner, me resulta valioso lo que menciona cuando indica que los estudiantes no deberían de leer 500 o 1000 libros, sino un número reducido de obras, pero en profundidad, aprendiendo a leer y a pensar sobre lo que han leído, de manera creo yo que van a disfrutar la lectura y no verla ni como una carga ni como una competencia, por devorar libros y libros.
    Saludos,

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  10. Se debe aprender a profundidad, qué se hace con tener un montón de información si los estudiantes no saben lo que están leyendo o para qué están aprendiendo determinado tema, no se trata de cantidad sino de calidad.

    En cuanto a la enseñanza humanística me parece muy pertinente lo que dice doña Yamileth, el asunto sería determinar si realmente los docentes la llevan a la práctica en sus clases, del dicho al hecho hay mucho trecho... ¿Qué piensan?...

    Saludos.

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